¿Te has mudado de cuarto o casa recientemente? ¿cuántas cajas ocuparon tus prendas? seguro te sorprendiste de todo lo que tienes y lo poco que usas. Pues esto fue lo que le ocurrió a Marta D. Riezu, quien a raíz de esto (y de su trabajo como periodista) escribió el libro La moda justa, una invitación a vestir con ética. Más que un libro, se trata de un ensayo que definitivamente te recomiendo agregues a tu lista de lectura. En sus pocas páginas logra dimensionar los grandes problemas de la moda, una industria de la cual todos hacemos parte.
El libro está dividido en dos partes, la primera habla de los problemas y la segunda de las propuestas. Problemas que inician desde la relación disfuncional que tenemos con nuestro armario, la percepción que el consumidor tiene de la ropa y del precio al que debe comprarla, ya que como lo menciona la autora “acostumbrados a precios bajísimos desde hace años (...) lo barato ya no es una opción, es un derecho ¡Ay!”(p.20). Continúa mencionando las cuestiones internas de la industria de la moda como la falta de comunicación entre quienes están en la cadena de producción y quienes venden las prendas, de aquí la importancia de la frase de Fashion Revolution “who made my clothes?”. Además de los problemas de bienestar social, de los animales y ambiental. Lo interesante más allá de conocer los problemas es cómo aborda las propuestas que aunque requieren de esfuerzo, en el fondo son sencillas, posibles de realizar por cualquier persona.

Por mi parte no puedo afirmar que yo ya he hecho todos los cambios posibles para entrar a una moda justa, aunque no compro ropa muy seguido, mi clóset sigue siendo predominante en prendas de fast fashion y además mi sueño como diseñadora es crear y hacer crecer mi marca de ropa. No obstante, tengo la convicción de que es necesario un cambio de mentalidad y que para que sea posible de sostener es mejor realizar pequeños cambios constantes que con el paso del tiempo tengan un efecto monumental.
En pocas palabras, el libro está lleno de frases directas, crudas y reales como “militamos cada día con nuestra cartera” (p.64), “la industria textil es un modelo basado en la explotación de la pobreza” (p.8) , pero al final no deja de ser una invitación a realizar cambios, entender que una nueva industria de la moda requiere de todos. Para terminar quiero dejarte una frase que llamó especialmente mi atención: “uno de los mensajes de la moda sensata es comprar muy poco y elegir con mirada analítica. Si alguien nos pregunta detalles acerca del origen de nuestra ropa, es un orgullo poder explicar una buena historia” (p.94). Para mi, esta es una gran forma de cambiar esa relación disfuncional con el closet, de desarrollar estilo personal e incluso comunicar nuestros valores a través de estas piezas que podemos llamar como piezas de conversación.
Espero recorras conmigo este camino hacia una moda no perfecta pero que sí busca ser más justa,
Con amor,
Isa